A comienzos de año recibimos la terrible noticia del fallecimiento de Pepe Escriche, amigo, director del Festival de Cine de Huesca. La pena sigue siendo inmensa. Lo conocí siendo los dos jurados en el Festival de Cine de Viña del Mar y la vida nos siguió juntando en varias ocasiones y festivales. Fue justamente durante mi primera visita a Huesca, con el corto "Los tripulantes" en la competencia, donde tomó el primer aliento este largometraje que estamos por terminar. En ese festival Pepe organizó el 3º y último encuentro de Cortometrajistas Latinoamericanos, en esa ocasión dedicado al cortometraje político, y uno de los invitados era Luis Ángel Ramírez, realizador, productor y amigo a estas alturas. En una conversación de restaurante, de las que más le gustaban a Pepe, le comenté a Luis de mi guión, que ya había obtenido plata de Corfo para su desarrollo, (en ese entonces presentado por los amigos de Retaguardia Films), y enganchó inmediatamente..."¡Qué buen título!", recuerdo que me dijo, "esto podríamos hacerlo perfectamente en coproducción!". Así me reentusiasmé con el guión que hasta entonces no pasaba de ser una simple comedia romántica ceñida a la trepidancia del género. Gracias a ese aliento estamos ahora donde estamos. Todo este rato fantaseaba con la ilusión de mostrarle a Pepe los resultados de su invitación, de los encuentros que solía provocar con su desboradada y maravillosa filantropía. Me imaginaba el estreno en Huesca, en el Cine Avenida, y la satisfacción de retribuirle a él y al Festival ese cariño. Seguro lo haremos, aunque él ya no esté ahí. Aunque siempre estará ahí.
Siempre celebraré en la vida ese encuentro con este amigo que vivía la vida como si supiera que nunca el tiempo es suficiente. Gracias Pepe por todo, espero que estés orgulloso de lo que has construido.
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