Una película que te desnuda

martes, 10 de julio de 2007

Work In Progress

Me acaban de invitar a un nuevo "Work In Progress", es el tercero en este mes. Para los que no entiendan el concepto: una instancia así, sirve para mostrar el material casi definitivo ante posibles inversores o gestores que te ayuden a terminar la película. En nuestro caso necesitamos aún cubrir toda la post producción de sonido y la ampliación de s16 mm a 35mm. Además de musicalizarla. No es poco. Lo que me llamó la atención de esta última invitación, es que lo que se ofrece no es ayuda para terminarla, sino espacio mediático. Están construyendo un nuevo concepto mediático "el boom del cine chileno" (creo haberlo visto ya manoseado en los noventa), y nos proponen participar del ese boom. A mi me parece muy bien todo, la exposición es buena para la película. El problema es que, como contrapartida, exigen que se muestre una edición de no menos de quince y no más de veinte minutos del material. Yo les ofrecí mostrar un teaser de dos minutillos, pero no aceptaron. El problema que me viene es que mi peli no se puede contar en veinte minutos. Puedo insinuarla en dos o tres minutos, sugerirla, invitar a verla a través de un trailer. Pero no se me ocurre qué dejar o qué no dejar en una edición resumida o comprimida. Creo que no le hace bien al relato este ejercicio, incluso siento que, más que hacer una edición especial, pondría los primeros quince minutos y punto - ahí te quedas y si quieres la vas a ver al cine... En fin. Pero más allá de esto, lo que me quedó dando vueltas es una sensación de fragilidad, el intercambio raro: aparecer mediáticamente a cambio de matar la sorpresa de la propuesta completa. La necesidad de promocionar mi trabajo con la presión de que son pocos los espacios para promocionar. Es como si me invitaran a un programa nocturno de esos cutres con famosillos a hablar de la peli. El sentido común dice hay que ocupar los espacios, pero las tripas se me aprietan de vergüenza. No por aparecer, sino por legitimar cualquier huevada. Con lo tranquilito que se está tras la cámara, mirando.